“Entre gemidos dijiste -mi amor-. Esa noche aprendí que el placer sabe mentir”
Repite una mentira muchas veces y será verdad, así dice el dicho. Entre los dos, así sucedió.
Noches a destiempo nos mentimos. Nos balanceamos en el hilo invisible del deseo. Sin darnos cuenta nos enredamos las piernas, las bocas, los cuerpos. Mezclamos las palabras y sentimientos. Revolvimos los pensamientos junto a las caricias y falsas ilusiones. Torbellino. Desnudaste mi sexualidad.
El sólo una vez, de aquí no pasa, es sólo sexo fueron promesas rotas.
La seducción sabe mejor de a dos, es
innegable. La seducción ¿contigo? inevitable. Estuvimos meses entre encuentros
fortuitos. Entre secretos y una supuesta amistad. Hasta que llegó ella.
Era una madruga de Marzo. Destilábamos alcohol mientras celebrábamos el cumpleaños de un amigo. El coqueteo entre los dos no podía faltar. De repente todo cambió. Alguien que no conocía te felicitó por tu relación.
Entonces me enteré que hacía dos meses que salías con alguien y yo no había sido notificada ¿Una relación? ¿Quién era ella? Mi cara se desfiguró. Incrédula reproché que no me hubieras contado. Era tu amiga y esconderme eso era imperdonable. Hoy lo reconozco, el reclamo no vino de la amiga si no de la mujer. La mujer celosa, colmada de rabia por la doble moral. Lo nuestro tenía que terminar.
Pero no sucedió. No terminó. Por una extraña razón nos atamos. Habíamos tejido una perfecta telaraña que nos atrapaba y poseía al menos, una vez al mes. En un largo tiempo vi pasar moteles, mensajes, sueños, emociones, alcohol, sexo, mentiras, besos, seducción, ilusiones, deseo, adicción, infidelidad, mentira, ¿amor?, química, abrazos, dolor, desesperación, ¿amor?, placer, confusión, ¿amor?
Durante ese tiempo fuimos un secreto a voces, estoy segura de eso. La química desbordaba. Tengo la certeza que hasta ella lo sabía. Tacharla de estúpida sería violentar mi propio género.
En ese lapso sufrimos una adicción que parecíamos no estar dispuestos a dejar.
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"De amistad, amor y otros enredos" es un relato breve que se comparte cada viernes vía Blog, Facebook y Twitter (@AzulYsabel). Puedes leer las entregas anteriores aquí:
Parte 1. ¿Permiso?
Parte 2. Recuerdos borrosos
Parte 3. Amistad
Parte 4. Explosión en 3, 2, 1
Era una madruga de Marzo. Destilábamos alcohol mientras celebrábamos el cumpleaños de un amigo. El coqueteo entre los dos no podía faltar. De repente todo cambió. Alguien que no conocía te felicitó por tu relación.
Entonces me enteré que hacía dos meses que salías con alguien y yo no había sido notificada ¿Una relación? ¿Quién era ella? Mi cara se desfiguró. Incrédula reproché que no me hubieras contado. Era tu amiga y esconderme eso era imperdonable. Hoy lo reconozco, el reclamo no vino de la amiga si no de la mujer. La mujer celosa, colmada de rabia por la doble moral. Lo nuestro tenía que terminar.
Pero no sucedió. No terminó. Por una extraña razón nos atamos. Habíamos tejido una perfecta telaraña que nos atrapaba y poseía al menos, una vez al mes. En un largo tiempo vi pasar moteles, mensajes, sueños, emociones, alcohol, sexo, mentiras, besos, seducción, ilusiones, deseo, adicción, infidelidad, mentira, ¿amor?, química, abrazos, dolor, desesperación, ¿amor?, placer, confusión, ¿amor?
Durante ese tiempo fuimos un secreto a voces, estoy segura de eso. La química desbordaba. Tengo la certeza que hasta ella lo sabía. Tacharla de estúpida sería violentar mi propio género.
En ese lapso sufrimos una adicción que parecíamos no estar dispuestos a dejar.
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Parte 1. ¿Permiso?
Parte 2. Recuerdos borrosos
Parte 3. Amistad
Parte 4. Explosión en 3, 2, 1
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